Los Mantras

A final de nuestras pūjās generalmente recitamos una secuencia de nueve mantras. A continuación hay los mantras y una explicación de su significado.

Oṃ maṇi padme hūṃ

Avalokiteśvara

Oṃ a ra pa ca na dhīḥ

Mañjuśrī

Oṃ vajrapāṇi hūṃ

Vajrapāṇi

Oṃ tāre tuttāre ture svāhā

Tārā Verde

Oṃ amideva hrīḥ

Amitābha

Oṃ muni muni mahā muni śākyamuni svāhā

Buda Śākyamuni

Oṃ āḥ hūṃ vajra guru padma siddhi hūṃ

Padmasambhava

Gate gate pāragate pārasaṃgate bodhi svāhā

Prajñāpāramitā

Oṃ śānti śānti śānti

 


 

Oṃ maṇi padme hūṃ

Este mantra que se podía oír en los labios de miles de Tibetanos, antes de la invasión china. Es el mantra de Avalokitésvara, el Bodhisatva de la Compasión.

Una traducción común de Avalokitésvara es “El Señor Que Mira Hacia Abajo”. Es decir, es el Bodhisatva que está constantemente solícito y preocupado por los sufrimientos de todos los seres. Se representa de varias formas(se dice que tiene 108 formas en total) pero vamos a ver dos. Puede aparecer sentado sobre un loto blanco en un trono de joyas, y su cuerpo es de color blanco brillante el color de una concha, o de la luz del sol reflejado en la nieve. Su cuerpo aparece adornado con seda y joyas, que se dice simbolizan todas las Perfecciones que él ha practicado desde tiempo ilimitado. De modo extraordinario tiene cuatro brazos: un par interior juntos ceñidos en forma de un capullo de loto en su corazón, la mano derecha sujetando un rosario de cristal, y la mano izquierda una flor de loto. Todo su cuerpo está creado de luz, brillante y sutil, y está rodeado por una gran aura cuyo borde exterior es un enorme arco iris. Su expresión es una de la más profunda Compasión.

¿Pero de qué sirven incluso cuatro brazos cuando está contemplando todos los sufrimientos del mundo, verdaderamente de mundos infinitos y del tiempo infinito? Así que hay otra forma de Avalokitésvara que aparece frecuentemente y ésta es una forma que está de pie con mil brazos. Los brazos se extienden del cuerpo para formar un radiante círculo blanco, y en la palma de cada mano aparece un ojo. La figura tiene no sólo mil brazos sino once cabezas. Tal figura puede parecer extraño en un principio, pero una vez que se haya comprendido que encarna una profunda emoción espiritual dejará de parecerle raro. Para alguien de una mente puramente literal y mundana, la figura de Avalokitésvara de Mil Brazos será una invención de Heath Robinson, un ser imposible y ajeno. Pero para alguien quien haya desarrollado el `Bodhicitta', o para alguien quien está haciendo esfuerzos sinceros para desarrollarlo, la figura será simplemente la encarnación de un sentimiento que reconoce muy bien. Para el Bodhisatva que está involucrado en ayudar a todos los seres siempre habrá un abismo entre lo que realmente puede hacer de forma física y concreta por otros seres, y lo que ve como necesario hacer. Existen tantas demandas del corazón sensitivo, tantas maneras en que podría pasar su vida, tantas causas desesperadas. Pero uno sólo tiene dos ojos para ver lo que hace falta, un par de hombros sobre los cuales puede llevar a los enfermos y cojos, un par de labios para inspirar a los afligidos, y un par de brazos para mecer al universo. La vida se escapa en cada momento, y todavía queda un infinito de cosas por hacer! El tiempo se mide en lágrimas para el Bodhisatva. Este abismo entre lo que uno ve como necesario y la cantidad minúscula que pueda hacer realmente, entre el alcance infinito del corazón del Bodhisatva, y los recursos limitados de su cuerpo, se experimenta como una opresión, como un dolor profundo. La figura de Mil Brazos de Avalokitésvara encarna esta opresión y su transcendencia. El número de mil es puramente simbólico; en realidad extiende una mano a cada ser del universo.

Oṃ a ra pa ca na dhīḥ

ManjuEste mantra evoca otra figura del brillante cielo azul: un príncipe de dieciséis años, sentado sobre un trono de un loto de azul pálido, su cuerpo de una luz dorada, el color del ojo de un león. Está sonriendo dulcemente, y sobre su frente hay una corona de lotos azules, coronado con cinco joyas. Lleva en su mano derecha una espada de doble filo con un mango de una `vajra', la punta de la espada rodeada de llamas. Con su mano izquierda oprime un libro delgado contra su corazón. Él también lleva puesto sedas y joyas y está rodeado de una gran aura de luz.

El mantra ha invocado a Manjughosa o Manjusri, el Bodhisatva de la Sabiduría. Literalmente Manjughosa significa `El de La Voz Suave', que implica una conexión con la comunicación creativa. Su figura y mantra son meditados por aquellos involucrados en los artes y ciencias, comprometidos en el estudio, o deseosos de desarrollar una memoria retentiva. No obstante, el hecho de verle como un tipo de `deidad patrón' de los artes y ciencias es lo más inferior de sus cualidades. La sabiduría que encarna significa ‘prajna', La Sabiduría Trascendental, la Sabiduría que conoce la Realidad. Lo más cerca y próximo a su corazón es el volumen de la `Prajna Paramitá' la Perfección de la Sabiduría entregado al gran sabio Nagárjuna por los `nagas' de larga vida quienes moran en las profundidades del océano. Su espada de doble filo corta a través de todos los conceptos dualísticos que nosotros infligimos en la
Realidad: tales como existencia' y `no-existencia'. o uno mismo' y otro'. La punta de su espada penetra el mundo de la misma Verdad en el que todos los dualismos se funden en los fuegos de `sunyata'. El lleva el color dorado de un enorme sol, iluminando la oscuridad de la ignorancia de Samsara con el gran resplandor de la Verdad. Tiene la juventud de la Sabiduría que ve la frescura de la vida en cada instante, que ni envejece ni se dobla por el peso de las preocupaciones mundanas porque puede ver a través de su naturaleza ilusoria, penetrando hacia un mundo de luz y libertad donde la muerte no tiene `dominio'. Manjughosa representa una comprensión completa y uso libre de las posibilidades de comunicación a través del lenguaje, pero también un reconocimiento claro de sus limites. Su mantra incorpora los cinco primeros sonidos del alfabeto de la Sabiduría Perfecta, llevándonos de vuelta a los bloques más básicos de la construcción del lenguaje o la magia que utilizamos para controlar nuestro mundo y después llevándonos más allá hacia un encuentro con la `Sabiduría más allá de palabras', el `silencio estruendoso' de la misma Realidad.

Audio file

Oṃ vajrapāṇi hūṃ

Mientras resuena este mantra una figura muy distinta aparece ante nosotros en el cielo. No es una figura esbelta de dieciséis años, sino por lo contrario una gigantesca figura poderosamente construida de color azul, con un cuerpo achaparrado únicamente vestida con la piel de un tigre. Sobre su cabeza aparece una corona de calaveras, no de joyas. Su cabello es largo y despeinado, su cara una máscara de furia, los globos de sus ojos hinchados, y tiene un tercer ojo en medio de su frente con una mirada tan furiosa y perniciosa como la de los otros dos. Sujeta en su mano derecha una vajra dorada en lo alto, el cetro rayo que jamás puede fallar su objetivo y que siempre vuelve a su mano, mientras que su mano izquierda expresa un gesto de guardián contra cualquier fuerza hostil hacia el progreso espiritual. Camina hacia la derecha golpeando con los pies a dos pequeñas figuras. Todo su cuerpo está rodeado por una aureola de llamas. Esta es la forma colérica de Vajrapani, el que “Sujeta el Rayo Diamantino”, el Bodhisatva que encarna la energía espiritual y heroísmo. Igual que con Manjusri, uno puede relacionarse con él desde varios puntos de vista. En un aspecto personifica ese tremendo estallido casi suprahumano de energía que tenemos que excitar si vamos a ir más allá de nuestros límites y más allá de todo aquello que conozcamos para contactar con lo Trascendental. O le podríamos ver en un nivel superior como prorrumpiendo `de 'lo Trascendental, en cuyo caso representa la cualidad heroica y audaz que se desata en nosotros, la energía fantástica liberada por nuestro contacto consigo. En el primer caso él representa el esfuerzo supremo todas nuestras energías dirigidas hacia la búsqueda de la Realidad. En el segundo caso representa las efusiones de una libertad espontánea y sin esfuerzo. En este segundo caso Vajrapani pisotea las figuras del anhelo y aversión debajo de los pies, casi sin fijarse en ellas. Con la vajra de la Visión Clara y Realidad rompe las barreras entre uno mismo y el otro con la facilidad que un boxeador de peso pesado tendría al golpear un muro de papel. Habiendo destruido las ilusiones que nos han atado al sufrimiento desde el tiempo sin comienzo, sus ojos brillan con triunfo, y la decisión feroz para ayudar a todos los seres a irrumpir fuera de la cárcel de su ignorancia en lo que se mantienen prisioneros.

Audio file

Oṃ tāre tuttāre ture svāhā

Del grito triunfante de Vajrapani, el grito de guerra del héroe espiritual, ahora se nos presenta una faceta completamente distinta de la Joya de Iluminación. Tal vez de nuevo durante un breve instante podamos ver la figura de Avalokistésvara, apareciendo igual que una nube radiante de luz blanca en medio de la cual hay un par de ojos, los ojos más hermosos que jamás han habido. Mientras miramos dentro de esos ojos vemos reflejado en su interior la procesión infinita andrajosa de la vida mundana. Reflejan los enemigos,, batallas feroces, las caras de vidas nuevas que gritan luchando por su primera bocanada de aire, las caras de las vidas que están llegando a su fin con resignación o temor. Los reflejos siguen y siguen, igual que una película sin comienzo ni final, siempre dando las mismas escenas, sólo con unos pequeños detalles cambiados. Un ejército lleva espadas cortas, el siguiente porta rifles y bayonetas, y el siguiente armas nucleares. Mientras que esta película infinita se desenreda en el reflejo de esos ojos perfectos, las lágrimas comienzan a formarse . Se caen por cañadas hasta que forman un enorme charco. Un loto de azul pálido surge del charco, sobre el cual reposa un felpudo lunar blanco. Sentada sobre el felpudo lunar puro, rodeada de arcos iris, tan suave y delicada como una princesa de duendes, está Tara, la “Salvadora”, la hija espiritual de Avalokitésvara, nacida de sus lágrimas, y por lo tanto la misma quintaesencia de la Compasión. Es su mantra la que ahora resuena suavemente.

Ella tiene el color de verde jade o turquesa, es delgada y hermosa. Su pie derecho cuelga hacia abajo dando énfasis a esa cualidad espontánea de la Compasión la cual está dispuesta a responder de modo instantáneo ante cualquier situación en que se necesita ayuda, igual que una madre se lanza sin pensar en su propio peligro para poder rescatar a su hijo. Su mano derecha reposa sobre su rodilla, la palma al exterior con un gesto de dar libremente , mientras que su mano izquierda sujeta el tallo de una flor de loto con tres capullos: uno firmemente cerrado, uno mitad abrir, y uno abierto completamente. El pasado se ha ido, el futuro sin llegar, y el presente tan inalcanzable como un relámpago. Colocada sobre su cabeza hay una diadema de joyas, puesto que ella es igual que una reina del universo espiritual. Su cuerpo irradia la luz de un arco iris.

La figura que hemos visto es la de Tara Verde, pero hay veintiún formas de Tara en total. Otra forma que aparece comúnmente es la de Tara Blanca, tan hermosa y serena como su hermana, pero con ambas piernas colocadas en la postura de meditación, y con siete ojos: dos en el lugar usual, uno en medio de su frente, dos en las palmas de sus manos, y dos en las suelas de sus pies. De esta forma nos recuerda que la Compasión tiene que ser sabia. Para poder ayudar no debemos perder nuestro centro, no debemos perder nuestro equilibrio. Tenemos que ver las cosas con claridad, de otra manera seremos parte del problema en vez de parte de la solución. Igual que todos los colores del arco iris se funden en una brillante luz blanca, de igual manera ella funde todas las cualidades de la Iluminación en ella misma.
De todas las figuras de Budas y Bodhisatvas tal vez Tara es la figura más accesible, la más gentil y alentadora. Algunas veces se habla de su práctica como el `camino fácil hacia la Sabiduría.

Audio file

Oṃ amideva hrīḥ

Ahora nos encontramos mirando a través de una vasta extensión de océano con suaves olas, en medio de las cuales un sendero de luz dorada se extiende hacia la distancia. Al mirar a lo largo podemos ver la fuente de ese sendero dorado: una figura de rojo profundo, sentado sobre un loto rojo. Hasta ahora sólo hemos encontrado a distintos Bodhisatvas, pero ahora nos encontramos con un Buda, el Buda Amitabha. Sus manos están en la mudra de meditación, sujetando un loto de color rojo profundo. Lleva puesto las túnicas monásticas de color rojo anaranjado bordadas con oro. Su pelo está rizado y del color negro azulado, y todo su cuerpo parece irradiar Amor y Compasión.

És el Buda de la Luz Infinita, asociado con el Occidente y con el calor de la puesta del sol, que penetra todo con su profunda luz brillante. Su amor baña todo, penetra todo, deslizándose sobre la superficie del mar.

Es un Amor de unas dimensiones que abarca todo, y las olas, tocadas por ello se reconocen ahora como parte del océano, aunque anteriormente se habían sentido como algo separado y aislado.

Audio file

Oṃ muni muni mahā muni śākyamuni svāhā

2Mientras que el mantra se aleja la figura de Amitabha se disuelve en la luz, y el océano se disminuye en un río que fluye suavemente. Sobre el banco más lejano vemos un gran árbol con un tronco del color gris y plata y unas hojas verdes con forma de corazón. Sentado debajo, recientemente Iluminado como lo ha sido desde un tiempo sin límite, aparece Sakyamuni "el Sabio del Clan de los Sakyas el Buda histórico. Pero no le vemos aquí como habría aparecido ante los ojos físicos, sino con lo que Wordsworth denomina el ojo interno:le vemos transformado. Después de todo, su cuerpo físico era simplemente el acrecentamiento del karma pasado, mientras que el cuerpo radiante `reluciente con marcas y señales' que vemos sentado ahora bajo el árbol Bodhi no es meramente el bagaje sobrante de tiempos anteriores a su Iluminación, sino la encarnación de la misma experiencia de Iluminación. Después de su Iluminación el Buda era como un rey disfrazado todavía vestido con los harapos de un cuerpo condicionado, era el soberano de todo los tiempos y espacio. Así que aquello que ahora vemos es la manifestación, la comunicación, de esa soberana conciencia ilimitada: Sakyamuni vestido con las insignias brillantes de lo Incondicionado.

Sentado en la postura de la meditación, todo su cuerpo brilla con una luz dorada, y su sonrisa serena nos cuenta más que unas palabras jamás pudiesen acerca de la Felicidad Suprema de la Iluminación que él se esforzó tanto por alcanzar.

Escuchar a continuación

Audio file

Oṃ āḥ hūṃ vajra guru padma siddhi hūṃ

22Tal vez la siguiente figura debería aparecer en medio del rayo de un trueno. Su mantra evoca a Padmasambhava, el Guru nacido de un Loto. Es una figura mágica y encarna el linaje completo de enseñanzas tanto esotéricas como exotéricas que se ha transmitido con palabras, señas y telepatía durante 2,500 años. Es el gran depósito de poderes espirituales hacia donde debemos aproximarnos si vamos a transformar de un modo radical tanto a nosotros mismos como a nuestra sociedad, al confrontar a los obstinados demonios que residen en nuestras profundidades, amansándoles con poderes mágicos, y atándoles al servicio del Dharma.

Es el Guru Tántrico, dispuesto a no pararse por nada para ayudar a su discípulo a beber la sangre de la vida de la Realidad que hay en el cráneo vaso de “sunyata”. Sentado sobre un loto rojo y felpudo de luna blanca, lleva puesto tres túnicas reales de las tres “yanas” del Budismo; Hinayana, Mahayana y Vajrayana. En su mano derecha lleva una vajra dorada, en la izquierda un vaso cráneo lleno del néctar de la Realidad. Enganchado a su lado izquierdo, igual que una esposa, hay un flameante bordón de tres púas, junto con tres cabezas humanas, una recién cortada, una pudriéndose, y una no más que una calavera. Sobre su cabeza lleva una gorra de loto adornada con el sol y la luna, y de ésta sale una pluma de ala de buitre el pájaro asociado con los yoguis, el pájaro que más alto vuela. Erudito y mago, maestro de todas las yogas, sonríe con una extraña sonrisa, compasiva pero con una alusión de cólera. Es verdaderamente peligroso porque está más allá de lo convenido y no tolera formalidades; si le encuentras puede que coja tu ego mundano y lo coloque como un trofeo sobre su bordón. Pero a cambio te dará todo el conocimiento del universo y un brebaje mágico para hacerte olvidar el dolor y descontento para siempre; te arropará con un manto mágico hecho de los árboles, ríos, sol, luna y estrellas; su Vajra Sabiduría te protegerá y te guiará, y no volverás a conocer el temor. Es un mago lo suficiente poderoso para romper el hechizo oscuro que te ha mantenido en el sueño de la ignorancia durante miles de vidas.

¿Realmente quieres despertar?
Y todos deben gritar, ¡Cuidado, Cuidado!
Con sus ojos de relámpago, su pelo suelto
Teje un círculo a su alrededor tres veces,
Y cierra tus ojos con santo pavor,
porque él se ha alimentado con el rocío cubierto de miel,
Y ha bebido la leche del Paraíso.

Audio file

Gate gate pāragate pārasaṃgate bodhi svāhā

Mientras que este mantra suene no aparece ninguna figura. Simplemente permanecemos contemplando el cielo infinito de sunyata. Porque este mantra es la incomparable radiante mantra del Sutra del Corazón, resumiendo la Sabiduría que contiene.

Mientras resuena se nos lleva más y más profundo dentro del corazón de la Perfección de la sabiduría, penetrando los distintos grados de sunyata.

Finalmente al ir más allá de todos los conceptos, ya no quedamos atrás mirando al cielo azul. Todas las barreras se han quitado por fin.

Radiante y sin obstáculos, la conciencia Transcendental se extiende en todas las direcciones. Desde siempre nosotros éramos el mismo cielo azul.

Oṃ śānti śānti śānti

Shanthi quiere decir paz. Por fin estamos libres, y la paz, paz del cuerpo, habla y mente representados por su repetición triple es el producto de la libertad.

Queda un último punto. La Puja es esencialmente un acto colectivo, y esto subraya una condición adicional para el surgimiento del Bodhicitta. Es más probable que surja en una situación donde hay una cantidad de individuos trabajando juntos para el Dharma. En un contexto donde hay amistad espiritual y una visión común, donde tienes una cantidad de gente comprometidos al Ideal Bodhisatva , intentando lograrlo, y donde tienes las condiciones ideales para la aparición de la Joya que cumple todos los deseos del Bodhicitta.
Esto, por encima de todas las demás cosas, es la razón de la existencia del Movimiento de la Orden Budista Occidental. Es una asociación libre de personas que una vez eran ciegos, pero cuya visión espiritual se ha restaurado hasta cierto grado, y que todos están sistemáticamente buscando joyas. Mientras que cada uno encuentre una joya él o ella puede ver con claridad por fin, y puede guiar a otros en su búsqueda. Si todos cumplimos con nuestra parte un día habrán miles de personas que habrán restaurado su visión espiritual, todos sujetando en su mano la joya preciosa del Bodhicitta cada gema reflejándose en las demás, y todas las demás reflejándose en ella.

 

 


 

Otros mantras

Recitamos estos mantras también en ocasiones especiales

El Mantra de Vajrasattva

Oṃ vajrasattva samayam anupālaya

Oh Vajrasattva, el vínculo preserva

Vajrasattvatvenopatiṣṭha

Vajrasattva permanece ante mi

Dṛḍho me bhava

Se firme para mi

Sutoṣyo me bhava

Concédeme satisfacción pura y completa

Supoṣyo me bhava

Incrementa lo positivo en mí

Anurakto me bhava

Muéstrame amor benevolente

Sarvasiddhiṃ me prayaccha

Concédeme logros en todas las cosas

Sarvakarmasu ca me

Concédeme todas las actividades rectas

Cittaṃ śreyaḥ kuru hūṃ

Desarrolla mi mente pura, virtuosa y favorable

Ha ha ha ha hoḥ

Vibra con los cuatro inconmensurables

Bhagavan sarvatathāgatavajra

Bendito Vajra de todos los Tathāgatas

Mā me muñca

no me abandones

Vajrībhava

que crezca la naturaleza del Vajra

Mahāsamayasattva

ser portador del gran vínculo

Āḥ hūṃ phaṭ

 

Mantra de Tara Blanca

Oṃ tāre
tuttāre ture
mama āyuḥ-puṇya-jñāna-puṣṭiṃ kuru svāhā